Estanterías para componer la obra de tu vida.

Estén donde estén, son un cuadro fidedigno de nuestra personalidad y nuestras vivencias.
Las estanterías son un gran mural que describe nuestra casa. En ellas depositamos las novelas que leemos, los DVDs que nos gustan, los discos que hemos elegido de entre todos los posibles. En las estanterías se apilan los álbumes de fotos que hemos ido recopilando con los años, las velas, las figuritas de porcelana, las cajitas llenas de cosas inútiles, los marcos con imágenes de la familia y los recuerdos turísticos que nos trajeron o que compramos nosotros mismos en nuestros viajes.
Pueden estar repletas o vacías. Pueden estar en la sala, en la habitación de los niños, en un cuarto de baño e incluso en la cocina, pero, estén donde estén, son un cuadro fidedigno de nuestra personalidad y nuestras vivencias. Y no solo por lo que sostienen. El propio mueble expresa lo que somos. Una estantería puede ser de un material u otro, puede cubrir o no toda la pared, puede tener las baldas simétricas o asimétricas. Todo ello habla de nosotros.